El matrimonio de Luis y Ana en Talagante, Talagante

La crónica de nuestro matrimonio

Fue una experiencia a otro nivel, aún recuerdo el nerviosismo que sentí antes de que llegara Ana, pero el momento más fuerte en todo ese día y hasta ahora en mi vida fue cuando llegó esa burrita del 48 a la iglesia, fue como mucha emoción que subía y subía por mi cuerpo hasta que abrieron la puerta y la vi a ella, la mujer más hermosa del universo, al verla caminar hacia mi y con los ojos vidriosos pude comprender que estaba conmigo y sentía lo mismo que yo, puedo decir que en ese momento estábamos al borde de las lágrimas.

Luego de la ceremonia el paseo por aquella burrita que me trajo a mi mujer fue muy relajante, ahí es el momento en donde uno puede asimilar lo que ocurre y se puede relajar para disfrutar la emoción.

Ya en el centro de eventos fue todo un agrado, desde la comida hasta el más mínimo detalle, el ambiente familiar, la confianza que existía con los invitados y el servicio de la granja educativa hizo posible una celebración que vamos a recordar todos los días de nuestras vidas.