El matrimonio de Maira y Cristian en Puerto Montt, Llanquihue

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un día para no olvidar, algunos pequeños detalles pero totalmente solucionables. Solo contaré lo bueno. Estamos casados por el civil hace 11 años, así que planeamos la ceremonia religiosa.

Las invitaciones las hice con mis propias manos y con ayuda del computador y la impresora.

Lo más lindo fue involucrar en casi todo a nuestros hijos de 11 y 8 años. Eligieron mi vestido de novia, el cual me encantó y bailaron con nosotros una parte de nuestro baile.

En relación a la ceremonia religiosa, la decoración la hice personalmente. Quería algo muy, pero muy sencillo y económico, así que hice pompones de papel. Me gustó como quedó y a los invitados también.

En la recepción, ya que era de tema campestre, los recuerdos eran frasquitos de miel y los adorné yo. Comimos delicioso, estaba todo exquisito, desde el cóctel hasta el postre, lo mismo para la torta. El fotógrafo un genio.

Y el bailongo estuvo a todo chancho, hasta las 5:30 de la mañana, mi vestido quedó negro de tanto bailar. Terminé bailando tecno, o sea todo salió como queríamos, disfrutamos mucho y nuestros invitados también. Sin nervios, sin peleas, sin ningún contratiempo tan grande, en todo matrimonio hay algunos detallitos, pero nada que no se pueda solucionar.