El matrimonio de Marco y Angélica en Toltén, Cautín

Dos horas antes del matrimonio, perdí las argollas ¡horrible!, pero todos ayudaron a buscarlas. Incluso mi primo y su esposa nos ofrecieron prestarnos las suyas, un gesto que hasta ahora me emociona. Gracias a Dios, aparecieron. Por su lado, el novio se vistió en la casa de su familia y cuando fue a ponerse el pantalón, ¡no estaba! se le había olvidado en nuestra casa y uno de sus hermanos tuvo que ir a buscarlo. El viaje que tomaba 5 minutos, mi cuñado lo hizo en 3. Nuevo record.

Mi mejor amiga me ayudo a peinarme y maquillarme, y mi Mamá me ayudo a vestirme. El mejor momento fue justo antes de salir de la casa, cuando me quede sola con mis papás y mi hermano. Pude darles a los tres las gracias por ser mi familia, con lo bueno y lo malo, decirles lo mucho que los amo. Los tres me acompañaron al altar y fue emocionante y sentimos también muy fuerte la presencia de los padres de mi esposo y de una prima muy amada, que ya no están con nosotros. Tuvimos una ceremonia sencilla y emocionante, con el río al atardecer. La cena fue simple y abundante y la fiesta fue tan alegre como solo pueden serlo las fiestas en el sur. Mención especial para el bote lleno de cervezas que mi esposo instalo en un rincón de la pista de baile. Rene Becerra, fotógrafo increíble, no solo capto cada momento de forma perfecta, sino que también fue amable y simpático con todos, hasta ahora, muchos comentan lo agradable que es y las hermosas imágenes que ahora tenemos.

Creo que lo más importante fue que estuvimos todos juntos, nos sentimos amados y si es el día más feliz de la vida de una persona. Porque no hay nada mejor que poder casarte con tu mejor amigo, cuando es el amor de tu vida.