El matrimonio de Marco y Jacqueline en Villarrica, Cautín

La crónica de nuestro matrimonio

Nuestro matrimonio fue nuestra mayor hazaña. El 22 de febrero decidimos unirnos para siempre. ¿Cuándo? En dos meses más, fue una locura maravillosa de armar y coordinar cada detalle de ese gran día, vestido, traje, local, menú, música y las invitaciones que en 13 días estuvieron listas, fue cosa de buscar ideas y las hice con mis manitos, originales y muy lindas.

Y llegó el día, todo preparado, emocionada a mil, lo más lindo de la ceremonia fue quien me dio su bendición, mi hijo amado de 10 años, el hombre más importante de mi vida tomó mi mano y me llevo hasta quien será mi compañero de vida, mi socio, mi esposo.

Muchos detalles hechos a mano fueron la clave para una boda distinta, las amigas y primas ayudaron con las esferas de papel, cotillón, libro de firmas, decoración de mesas, los recuerdos, unos hermosos frascos de sal al merkén decorarán las cocinas de nuestro amigos y le darán un rico sabor a sus comidas y asados. Mi esposo es conductor profesional de camiones para Uruguay, Paraguay, Argentina, etc. y lo original fue nombrar a las mesas con nombres de rutas o carreteras internacionales de los países que él recorre en madera pintadas a mano. Y eso no es todo, la torta, obvio, el modelo de su camión en fondant con nosotros, mi hijo y nuestra perrita sentados sobre él.