El matrimonio de Marco y Leslie en Puerto Varas, Llanquihue

Llegó el gran día, adoloridos nos levantamos a las 8 am. Para variar, mi trabajólico esposo debía dar la ultima clase a sus alumnos. Yo llevaba la música a nuestro amigo que supliría la música de la iglesia ya que no teníamos coro. Luego fui a buscar un lugar donde me arreglarían las uñas. Muy nerviosa fui a buscar mi vestido para trasladarme al hotel donde nos juntaríamos con mi peluquero, mi hermano y mi mama. Casi llegando la hora, mi mamá y mi hermano no llegaban, llegaron 10 minutos antes de la hora en que debía salir. Estaban muy atrasados, sacamos las últimas fotos, y nos fuimos en la burrita. Al llegar a la iglesia me di cuenta que teníamos coro. Entré del brazo de mi hermano, estaba todo hermoso, como siempre lo soñé, lloré al dar mis votos y en ese momento iniciamos nuestra linda y pequeña familia. Al terminar fuimos a la recepción, iniciamos la fiesta todo muy genial. Compartimos mucho, nos dieron sorpresas agradables que apreciaré por siempre. Hicimos un baile especial (no el típico vals), mis mejores amigos prepararon un video muy especial, lloré y reí mucho. Mi esposo tocó canciones que me encantan con su banda, temas de Queen, The Beatles, entre otras. Nuestra amiga y profe de baile hizo un baile fusión de salsa y baile entretenido. repartimos el cotillón y bailamos hasta cerrar el local. Al finalizar fuimos al hotel donde la verdad no fue tan romántico como lo soñé. Sacarse el vestido y desarmarse el peinado no es sexy. Nos reímos mucho. Dos días después nos fuimos de luna de miel a Cancún, me encantaría volver algún día.

Hoy un mes después, puedo decir que soy inmensamente feliz, y que todos los nervios y estrés valieron la pena.