El matrimonio de Marco y Tamara en San José de Maipo, Cordillera

Desde que entré al centro tuve el apoyo de todos los trabajadores de Ko Eventos (mención honrosa a Enrique que me ayudó a llevar todas mis cosas y a esconderme de los invitados que habían llegado). Estuve un buen rato en la pieza de novios arreglando los últimos detalles y esperando el pase para entrar del brazo con mi viejito y con mis sobrinitos que fueron mis pajes (que, por cierto, ¡lo hicieron excelente!).

La entrada fue un sueño, me sentí en las nubes tratando de mirar a todos mis invitados y a mi amado al final del camino. Una vez en el altar recibimos la bendición de nuestro Pastor y finalizamos la ceremonia con las hermosas voces de dos grandes amigos. Salimos juntos con mi esposo del altar con las sonrisas a más no poder, con nuestros invitados emocionados y risueños tirándonos los pétalos de rosas que mis amigas nos ayudaron a encontrar. Hicimos el brindis y dimos algunas palabras de agradecimiento a nuestros invitados y aprovechamos de hacer un salud pal cielo para recordar a quienes ya partieron de esta tierra pero que guardamos en nuestro corazón durante todo el proceso.

Luego de esto nos arrancamos a la pieza de novios para ponernos un poco más cómodos y prepararnos para las fotos. Ko Eventos tiene un paisaje tan hermoso que fue fácil encontrar espacios donde sacar las fotos correspondientes (aquí vuelvo a agradecer a 2 amigos muy queridos que fueron nuestros fotógrafos).

Y finalmente hicimos la entrada musical al salón donde estaban nuestros invitados sentados esperándonos para dar inicio a la comida. Aquí improvisamos full porque no tuvimos tiempo de ensayar la entrada, pero salió todo perfecto. Finalmente nos sentamos a disfrutar de la comida exquisita que nos preparó el equipo de Ko.

Pasamos a la pista de baile para hacer nuestra versión de vals, elegimos la canción que nos marcó desde los comienzos de nuestra relación y fue algo muy especial para nosotros. En este baile pudimos ensayar y armamos una coreografía pequeña y sencilla pero fue precisa.

Luego de nuestro baile oficial de esposos, fuimos a la pieza nuevamente para cambiarme los zapatos y mi esposo sacarse la chaqueta porque se venían un par de horas de baile y fotos. ¡Bailamos mucho rato! ¡Con nuestros amigos y familia frente al bar abierto, lo pasamos increíble! Quedamos con los pies destruidos ja, ja, ja pero valió completamente el esfuerzo.

Entre bailes fuimos al patio del centro para sacarnos fotos grupales con amigos y familia (por temas de pandemia no se puede hacer fotos de mesa como se solía hacer). Luego tiramos el ramo y la caja de licor para los próximos afortunados. Después de esto seguimos bailando por un buen rato.

Para finalizar la jornada, entregamos los recuerdos de matrimonio, que por cierto fueron exactamente lo que esperábamos. Nosotros y nuestros invitados quedamos felices con los jabones de Orquídea Negra. Recomendamos completamente sus productos. El centro de eventos nos ayudó a repartir estos recuerdos y luego nos entregaron los que habían sobrado.

Finalmente, se entregaron los últimos tapaditos y consomés de la jornada para ir cerrando la celebración. Así terminamos con la guatita llena y el corazón hinchadísimo de amor por todo lo vivido este día y hacia atrás. No fue fácil llegar hasta este punto pero sin duda todo el esfuerzo lo valió. Nuestras familias y amigos fueron fundamentales en el proceso y ese mismo día, nada de esto habría sido tan bueno como lo fue. ¡Gracias por tanto, lo volveríamos a hacer!