El matrimonio de Martin y Francisca en San Fernando, Colchagua
En el campo Primavera Azul
M&F
04 Nov, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Podemos ser héroes sólo por un día en una lluvia de noviembre.
El día anterior a la boda nos fuimos todos a puente negro a arreglar todas las cosas que faltaban, acá en mi familia todos nos ayudábamos los unos a los otros así que pintamos la terraza, pusimos las telas y adornos nos quedamos hasta las 5 de la mañana haciendo todo. Se venía lluvia así que teníamos que arreglar todo para que no arruinara la fiesta, nos fuimos a dormir agotados.
Y llegó finalmente el gran día, mi futuro marido estaba con su padre en el departamento y yo fui donde mis papás para arreglarme, mi vestido estaba estirado sobre la cama con el velo los zapatos a un lado y la ropa interior en otro lado acomodada, mi ramo de rosas azules estaba sobre la mesa. Todo parecía perfecto, comenzaron a peinarme y maquillarme, cuando llegó la hora de vestirme, mis hermanas estaban ocupadas viendo los últimos detalles y mi mamá se puso tan nerviosa que no sabía qué hacer.
Así que mi sobrino mayor de 20 años golpeó la puerta para preguntarme si necesitaba ayuda, él entró y me vistió, me ayudó a ponerme el collar y los aros, abrochó todo con sumo cuidado y me dejó lista. Mi hermana me puso el velo y mi madre lloró al verme lista, todo era como de película.
Seguir leyendo »Ya lista me ayudaron a subirme al auto, iba con mi padre al lado y mi sobrino manejaba, al llegar a la iglesia con 20 minutos de atraso vi a mis hermanas en la puerta para ayudarme a acomodar los últimos detalles, vi la iglesia y me afirme de mi papá, estaba tan nerviosa, habíamos trabajado tanto para que todo saliera perfecto y ahí estaba con mi hermoso y perfecto vestido, mire hacia delante y vi a mi novio parado como todo un caballero, mi pequeño sobrino de 3 años camino con los anillos por el pasillo, llegué hasta el altar y mi papá le dijo a Martin que me cuidara, escuchamos al padre hablar, dijimos nuestros votos y nos pusimos los anillos. El padre dijo que nos podíamos besar y fue como si fuera la primera vez, los nervios pasaron a emoción, cuando salí del brazo de mi marido sonó la cancion "Heroes" de David Bowie.
Llegamos hasta afuera y todos nos abrazaron, me subí con mi marido y mis 3 sobrinos al auto, pusimos música y comenzamos a pasearnos por todo San Fernando, pasamos a una botillería a comprar unas cervezas, brindamos (mis sobrinos son mayores de edad) y nos fuimos a puente negro, la fiesta seria en el campo, al llegar sonó la canción "Sugar" de Maroon5 y lanzaron arroz a la entrada, al llegar nos pidieron bailar el vals, ya lo habíamos practicado pero mi marido nunca dimensionó el vestido y el velo así que costó un poco pero salió bello, bailamos con nuestros padres y padrinos, luego hermanos y sobrinos todo fue muy lindo, como era tradición en mi familia tuvimos que bailar cueca, la primera "la consentida" la bailé con mi marido, la segunda la bailó él con su madre y la tercera yo con mi padre.
Hicimos el brindis dando gracias a todos aquellos que se la jugaron a full para que todo saliera bien, invitamos a todos a pasar al coctel y conversaran, así tuvimos un tiempo para descansar después del vals y la cueca, luego llamamos a todos a cenar, vimos por primera vez a todos nuestros amigos reunidos, y nuestras familias, la cena fue muy simple y amena, pero de la nada comenzó a llover, lo bueno es que estábamos preparados para eso, así que no pasó nada malo, luego todos se pararon para salir a conversar y fumar algo, se sacó el licor para que se entrara en calor, nos llamaron para sacar las respectivas fotografías con los invitados, se nos hicieron eternas pero fue muy divertido.
Despues de las fotos comenzamos a bailar el DJ era amigo de nosotros así que sabía nuestros gustos fue tan divertido verlos a todos pasarla bien y disfrutar, cuando pasó la noche nos llamaron para lanzar el ramo, llamé a las solteras y para mi sorpresa mi madrina de bodas atrapó el ramo, luego venía la liga, puse la pierna sobre la silla y levanté el vestido, me había comprado medias de liga, así que mi marido se sorprendió y sonrió, él subió su boca por mi pierna y tomó la liga con los dientes, la bajó lentamente hasta sacarla, cuando la lanzó la tomó mi sobrino pero mi hermana le dijo que la entregara porque no podía casarse así que se tuvo que lanzar otra vez y para nuestra sorpresa otra vez la atrapo la pareja de mi madrina de bodas, después seguimos bailando ya estábamos un poco cansados pero era nuestra noche nuestro momento solo había que disfrutar.
Cuando llegó el momento de partir la torta llegué hasta ella de la mano de mi marido y ahí estaba era hermosa no la habíamos podido imaginar, mi hermana mayor trabajó días en aquel pastel de cuatro pisos, con una pecera entre medio que tenía luces adentro, era blanca con rosas azules, de verdad se había superado a sí misma y las expectativas de todos, la partimos y luego el garzón se la llevó para repartirla, la noche siguió entre risas abrazos y mucho amor entre todos, fue un día inolvidable, cuando todo terminó a las 7 am entregamos los recuerdos a los invitados, pequeños cactus, mi hermana nos trajo hasta nuestro departamento y llegamos tan agotados que nos sentamos en el comedor, nos fumamos un cigarro y nos reímos sin poder creer todo lo que había pasado era como de cuento, me ayudo a sacarme el velo y los zapatos, luego pasó lo que tenía que pasar.
Al día siguiente no nos salvamos ni por estar recién casados, tuvimos que ir a puente negro a la casa familiar a desarmar todo, estuvimos armando todo por tantos días y en una tarde todo quedó como antes, ahí venia la depresión post matrimonio, abrimos nuestros regalos eran hermosos, nos impresionó el amor de la gente que nos rodeaba.
A pesar de todo lo que se trabajó, todos los nervios, las discusiones, el clima, todo salió hermosamente bien, fue perfecto no podíamos haber pedido algo mejor, con mi marido estamos eternamente agradecidos por todos los que ayudaron.
Fue una noche perfecta.
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