El matrimonio de Oscar y Lilian en La Serena, Elqui

La crónica de nuestro matrimonio

Después de meses de planificación, organización y ahorro (porque todo matrimonio tiene un costo que va desde lo más mínimo hasta lo imposible de pagar) llegamos a las últimas semanas en donde comenzamos a concretar contratos y afinar detalles, el salón donde queríamos casarnos era un lujo que en primera instancia era imposible de pagar pero sumando y restando (y después de la insistencia de la novia) lo contratamos ya que incluía todo. Eso te deja con una enorme carga menos, ya que lidiar con diferentes proveedores es un caos, así que nos entendíamos con nuestro coordinador Danilo (que si tuviéramos que ponerle nota sería un 15) y nos preocupábamos del resto de detalles de la ceremonia. Ya teníamos amarrado el salón, la iglesia, el vestido de la novia, el del novio y los pajes. Ya llegando a 2 semanas para el matrimonio definimos el tema de las flores, coordinar con la iglesia la ceremonia y contratar los fotógrafos, pongo "los" ya que contratamos a dos que se acomodaban a nuestro presupuesto y en su portafolio salían buenas sesiones de bodas. También me gustaba el hecho de contar con 2 fotógrafos, ya que así no nos faltarían fotos de ningún momento. Todo marchaba bien, de hecho nos relajamos un poco. Llegando ya a la última semana, no faltaron los problemas pequeños que teníamos que atender, pero nada que nos quitará el sueño. Bueno, eso pensábamos hasta el día 16 de septiembre por la tarde, donde pasó lo más impensado en nuestra lista de desastres preboda. Terremoto grado 8 en la Cuarta Región, ese día justo estábamos terminando los arreglos de la iglesia cuando comienza a moverse todo, absolutamente todo se movía y no paraba, se cortó la luz y a una de las ayudantes se le dio vuelta el vaso de champagne que estábamos tomando (pre-celebración). Fuera de eso no nos pasó nada, el susto inicial lo tuvimos que ahogar con algo de alcohol a la luz de las velas. Después, ya todos más tranquilos, comenzamos a reírnos y terminamos pasándolo bien. Todo esto el día anterior, al día siguiente nos dimos cuenta que aín no llegaba la luz y que los celulares estaban sin carga. Lo primero que se nos vino a la mente fue confirmar y recontra confirmar todo (aquí es donde se justifica el comprar accesorios para el auto que la novia pensaba que eran inútiles, como un enchufe con puerto USB para cargar celulares), así que establecimos el punto de operaciones dentro del auto, con los celulares enchufados y el notebook comenzamos a llamar por teléfono y a enviar mensajes de FB y WS a nuestros invitados. Eso nos tomó gran parte de la mañana, partimos confirmando con el centro de eventos tipo 7am el estado del local y que la alerta de tsunami se había levantado y que no tenían ningún problema y que estaban listos para nuestra boda. Que la iglesia siguiera en pie y que todos los invitados estuvieran bien y asistieran. A todo esto el novio (yo) llevaba más de 1 mes con dolores lumbares y ciática, así que el éxito del evento pasaba también por procurar que los malestares se fueran por 1 día (gracia a grandes dosis de remedios y bebidas energéticas). Ya pasado el medio día comenzamos a arreglarnos, yo como todo hombre me arreglé en menos de 30 minutos y me fui a la iglesia dejándola la casa a la novia para que se arreglase.