El matrimonio de Pablo y Juana en Maipú, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Creí que ese día estaría muy nerviosa pero la verdad fue todo lo contrario, estaba tranquila y solo queria disfrutar los proveedores que contraté que fueron la mejor elección, creo que ellos me dieron esa tranquilidad. Me casé en el Coliseo Club Resort y ese día todos los preparativos comenzaron a las 3 de la tarde. Llegó mi maquillador y arregló a mi hijastra y a mi madre mientras yo arreglaba a mi hija pequeña. A las 5 ya me toco a mi y quedé perfecta. Solo hubo un problema, mi vestido no cerraba porque al parecer entre Navidad y Año Nuevo y las vacaciones en las que me encontraba en esas 2 últimas semanas, comimos mucho. Pero entre mi hermano y mi mamá no sé cómo lograron cerrar el vestido, pensé que no lo lograrían. Después de eso, nos fuimos al lugar y nos tocó un taco. Yo pensaba llegar 30 minutos depués de mi novio pero llegue 1 hora más tarde y él estaba ultra nervioso. En el camino, la gente que me veía me gritaba ¡no te cases te van a cagar! Cuando llegamos ya estaban todos los invitados, y mi entrada fué con mi hijo y mi sobrino de paje y yo del brazo de mi padre y mi madre (ambos para mi eran igual de importantes y por eso quise que ambos me entregaran). Mi mamá se bajo del auto llorando y mi papá llevó una niña que cantaba y nos dedicó una canción mientras yo realizaba la entrada la ceremonia, fue perfecta. Mi pastor estaba ultra nervioso porque era su primera boda. La ceremonia fue en el mismo lugar de la fiesta, luego de eso fue el cóctel donde no comí nada, solo me preocupé de compartir con los invitados. Con suerte me tomé un jugo en la cena y me comí todo, estaba todo muy rico y me encantó el postre. Mi prima me tenía una sorpresa, era un baile árabe y la verdad yo creo que fue para ser puro florerito. Igual estuvo lindo, después se nos vino la fiesta con mi novio que a esa altura ya era mi esposo. Teníamos que realizar un baile y yo me moría de verguenza, pero igual lo hice. Lo bueno que no se notó y salió super natural, además mi esposo animó a los invitados a que nos acompañaran. No nos dimos ni cuenta cuando ya eran las 4 de la mañana, igual yo quedé feliz y en mi mente siempre estuvo el pensamiento que algo no saldría bien, ya que para mi era medio complicado porque soy medio llorona, pero gracias a Dios y todos los que estuvieron ese día, salió todo perfecto.