El matrimonio de Sunday y Malem en Isla de Maipo, Talagante

Cuando se hizo el momento de la ceremonia, hubo un pequeño percance con el organizador del evento y la asistente de la novia, pues no estuvieron en el ensayo y no se ajustaron a las indicaciones que le habíamos dado. A pesar de eso, ¡la ceremonia estuvo preciosa! Todos alegres: pajes, familia, invitados y novios (que hicimos nuestras entradas bailando, muy al estilo africano). Las fotos que sacamos en la sesión quedaron maravillosas, el coctel supe que estuvo rico y contundente (en ese rato estábamos en la sesión), el brindis bien y luego la cena también rica (comentado por los invitados) en modo buffet. Mi esposo me tenía una hermosa sorpresa y cantó para mí en frente de todos. ¡Es un romántico! En cuanto a la cena, lo lamentable fue que la carne que nos llegó a la mesa de los novios (única mesa que era servida por los garzones) estaba helada, pero el pescado estuvo perfecto. De los postres, todos ricos pero no nos sirvieron torta a la mesa tampoco. Las mesas las nombramos con todos los lugares especiales para nosotros como pareja, así que durante la cena se fue contando nuestra historia de amor a través de ello. ¡Fue una idea genial! Como mi esposo es de Nigeria y yo chilena, quisimos incluir ambas culturas, así que bailamos cueca con mi familia, luego afrobeat con su familia y luego nuestro baile especial. Después de eso empezó la fiesta. ¡Todos lo dimos todo en la fiesta! Lo pasamos genial. La cabina de fotos hizo lo suyo también. Para animar la fiesta a la mitad hicimos baile entretenido, y luego la liga y el ramo. Obviamente la barra libre la disfrutaron todos. Ahora, al repasar las fotografías, me encanta recordar la felicidad que se expresaba en cada uno de los presentes. Fue un día realmente maravilloso (a pesar de aquellos percances). Nada podía empañar la hermosa realidad de estar casándome con el amor de mi vida, a quien había esperado por muchos meses para que su visa se aprobara. Ahora ya estamos viviendo nuestro felices por siempre.