El matrimonio de Víctor y Angie en Isla de Maipo, Talagante
De noche Verano Amarillo
V&A
09 Dic, 2017La crónica de nuestro matrimonio
El gran día llegó y fue absolutamente soñado. Llegamos la tarde anterior a la parcela, para instalar las decoraciones (luces y telas) y todo fue un desastre, porque el alambre que teníamos era muy delgado y se cortó, así que nos entramos a la casa y nos relajamos comiendo unos completos en marraqueta y tomando unas cervezas, y dejamos lo de la decoración para el día siguiente.
Me levanté como a las 10 y fui a comprar el alambre más grueso que había, al volver ya mis amores tenían preparado el desayuno, como a las 12.00 llegaron nuestros ayudantes e instalamos con éxito la decoración. Mi suegra nos preparó el almuerzo, almorzamos y luego nos relajamos en la piscina (tal como habíamos planeado).
Luego llegó el momento de prepararnos, a eso de las 16.00 partimos las mujeres (nuestras 4 hijas, la novia de mi primo y yo) a bañarnos, peinarnos, maquillarnos y vestirnos. Fue muy lindo ese momento, ver a las niñas grandes apoyarse mutuamente, con cariño, me hizo sentir que estar solo nosotras fue la decisión correcta. Esta novia quiso preparar a todas primeras, así que sequé a las pequeñas, las peiné, y las vestí. Así todas las demás se pusieron muy nerviosas porque eran las 17:30 y yo nada, aun mojada como gato de la ducha! Pero tenía todo controlado así que, partí por el peinado, luego mi hija me maquilló, mientras las pequeñas que estaban listas se paseaban entre la habitación del novio y nosotras llevando y trayendo noticias de que hacía cada uno (fue muy divertido), él se preparó en el segundo piso en una habitación de ventanas panorámicas al patio, así que vio todos los preparativos y la llegada de los invitados, mientras él, su hermano, nuestro primo y su hijo se vestían. A las 18:00 me pondría el vestido, pero con tanto revoloteo se perdió mi sostén, fue toda una locura de nervios buscando y me entraron unas ganas tremendas de lavarme los dientes (hago ese tipo de estupideces cuando me pongo nerviosa). Todas preocupadas buscando mi sostén y yo desnuda con berrinche porque tenía que lavarme los dientes para besar al novio. Al fin apareció y me vestí. Llegó el momento de salir, ya había llegado la oficial y estaba todo listo. Salí de la habitación, al llegar al living ahí estaba él, el novio más lindo que nunca antes vi, con su carita de amor esperándonos para salir. Caminamos los 6 juntos al altar, sin un orden establecido (como es nuestro estilo), con las chicas que se pasaban de allá para acá, la mayor mía ya lloraba (como ella misma pronosticó), la mayor del novio piolita (linda, como ella siempre es), el aplauso de los invitados fue espontaneo (nadie espera que lleguen todos juntos creo). Partió la ceremonia, la oficial muy simpática, los testigos muy aplicados, ya tenían todas las cédulas en su poder, entre seriedad, bromas, caricias y sonrisas se desarrolló la ceremonia, ambos dimos un "sí, acepto" muy enérgico y en voz alta, cada hija mayor entregó el anillo, mi hija al novio, y la hija del novio a mí, en señal de la aprobación y apoyo en nuestro compromiso. Y nosotros nos equivocamos de mano, una vez más todos rieron, luego el beso apasionado, tal como es siempre, y así mágicamente ya estábamos casados, la más pequeña rompió en llanto, dijo que era la "mochión".
Seguir leyendo »El plan era volver a la casa para tener un momento en privado con las niñas, pero todos se abalanzaron a abrazarnos y felicitarnos, fue muy bello ese momento y emotivo. Al fin logramos entrar, nos abrazamos, y sentimos como nuestra familia se fortalecía de una manera mágica y desconocida.
Nos tomamos unas fotos instantáneas para la posteridad, y fuimos a una mini sesión de fotos en la parte de atrás de la parcela, salimos casi en punta y codo para que nadie nos viera.
Llegamos al cóctel, todos felices disfrutando, no podía estar más rico, muy atentos el personal del servicio, la música era toda la que queríamos, las niñas bailaban, y todo era perfecto (nadie noto que se cortó la luz, fue excelente idea llevar un generador).
En el discurso principal habló mi amado, el agradeció a todos por acompañarnos, por apoyarnos en los difíciles momentos que pasamos cuando decidimos estar juntos, por entender y valorar que cada paso que hemos dado ha sido siempre pensando en nuestras pequeñas, la única justificación y tesoro más valioso que tenemos de todos los años que estuvimos separados, dio las gracias a la vida por volvernos a juntar, y a nuestro amor por estar siempre vivo.
Vinieron los juegos y los premios, compartir con las personas que más queremos, no había invitados por compromiso. Fuimos a cenar y todo estaba rico otra vez, habló mi hija mayor, para emocionar a todos los presentes diciendo que era feliz con la familia que habíamos construido, que era feliz a vernos amándonos, que daba las gracias a mi novio por quererlas tanto, y por cuidarnos tanto.
La fiesta estuvo fantástica, bailamos, bebimos, hicimos el trencito, tire el ramo, bailaron los solteros, los casados. A todo el mundo le gustaron los recuerdos, y fuimos yendo a dejar a cada invitado a la puerta cuando se iban, claro eso más o menos como a las 4:00 hasta las 7:00.
Los que “dormimos ahí” gozamos hasta las 8:00, por supuesto el novio me llevó a la cama, pero para que descansara, porque soy muy jugosa y nunca me quiero acostar.
Al otro día nos levantamos tarde, rico, hicimos un asado, disfrutamos la piscina y en la noche volvimos a casa.
Y así fue como Angie y Victor, después de 20 años aprendiendo del amor, unieron sus vidas para siempre.
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