El matrimonio de Víctor y Nolvia en Graneros, Cachapoal

La crónica de nuestro matrimonio

Mi día comenzó muy temprano porque los nervios me impidieron dormir más, pese a eso no me di cuenta cuando ya eran las 14:00 y llegaba la maquilladora. Más tarde llegó Pablo (fotógrafo) y posteriormente mi mejor amiga, que me iba a ayudar a vestir. Hasta ahí todo bien, lo único fue que el auto que me tenía que llevar a la iglesia no llegaba, considerando lo puntual que somos. Así que eso tenía con los nervios de punta a mi padre, que estaba furioso, pobre del conductor porque mi papá le decía son las 16:50 y a las 17:00 es la ceremonia, considerando que son 15 minutos desde mi casa a la iglesia. Para una novia normal eso es habitual en retraso, pero para el novio y mi papá, no, ellos son super puntuales. Por lo que el yo llegar a las 5 de la tarde era fundamental. Por el camino tranquilicé a mi padre, le decía que todo estaba bien y que disfrutaramos este día, y él me sonrió.

Llegamos a la iglesia y me emocionó ver la iglesia llena, toda la gente que nos quería estaba ahí, acompañándonos en este día tan especial. No recuerdo cómo llegué al altar, solo sé que me temblaban las piernas. Al salir ya casados y con la bendición de Dios, fue muy emocionante escuchar el sonar de las campanas.