Entregaron un servicio excelente, comida deliciosa. Se encargaron de concretar nuestra idea y salió todo maravilloso.

Mi matrimonio fue el 16-02-2019 en la Viña William Cole y Macerado fue el encargado de todo el evento. Teníamos poco tiempo para organizar, por lo que decimos confiar en la opinión de ellos como expertos y no nos equivocamos.
Decoración, recuerdo que elegimos una gama de colores y ellos se preocuparon de buscar los tipos de flores y la decoración. El resultado fue increíble, todo coordinado, el lugar de la ceremonia estaba decorado de forma muy minuciosa y elegante.
La comida, de primer nivel, excelente preparación, porción y presentación. Nuestros invitados quedaron encantados con la variedad. Partimos con un mix costero, luego carne y terminamos con un postre de turrón helado ¡Espectacular!
Servicio, nuestro matrimonio fue de 75 personas y la proporción invitados/garzones fue apropiada, la atención fue coordinada, sin tiempos de espera. Como novios, teníamos un garzón solo para nosotros.
Flexibilidad, teníamos tiempos muy acotados, sin embargo, ellos se adaptaron. En una ocasión Cristian llegó hasta Santiago para poder reunirse con nosotros.
Recomiendo Macerado, tuvimos una excelente experiencia con ellos y nuestro matrimonio fue increíble. Ellos tienen mucha experiencia en lo que hacen y eso quedó demostrado. La relación calidad/precio es acorde a lo que ellos entregan. Luego de la degustación, pasará a segundo plano el precio, al menos, eso nos pasó a nosotros.

Nos encantó el servicio, muy personalizado, estuvieron disponibles a todas las ideas que se nos ocurrieron para que nuestro matrimonio se ambientara en el cirque du soleil, como que los garzones llevaran un gorro y collar de bufón, todo el servicio de banquetería estuvo muy exquisito, todos nuestros invitados quedaron fascinados con la comida, que incursiona en lo natural y original. ¡Totalmente recomendado!

Desde un inicio nos encantó con lo sabores y lo mejor de todo que utiliza productos orgánicos de su huerto para poder preparar los platos. Fue una excelente experiencia por su dedicación, preocupación por los detalles y compromiso.

Cuando supimos que nos casaríamos, sabíamos lo que queríamos en cuanto a nuestra celebración. Queríamos un lugar que permitiera hacer un matrimonio de día, que fuera austero, pero elegante, estilo campestre, lleno de colores y mucha naturaleza.
Visitamos dos lugares, pero yo quería que fuera en Casablanca, ya que la mayoría de mi familia es de ahí. Para los que no conocen, Casablanca está lleno de Viñas donde es lugar asegurado hacer un matrimonio, pero no queríamos eso. Así llegamos en nuestra segunda visita a Macerado, donde Cristián nos recibió para mostrarnos el lugar y darnos una demostración de lo que hacíamos, llegamos a las 12 del día y nos fuimos a las 18 horas, la hospitalidad fue enorme.
En algún momento pensamos si era muy precipitado e impulsivo decir que sí, pero de verdad cuando nos imaginamos ahí nuestra celebración, cumplía con todo, aire libre, relajo y un lugar para sacarle provecho a todas las ideas que teníamos.
Tuvimos reuniones bimensuales con Cristián, él acogió todas nuestras locas ideas, coincidimos en muchas cosas al parecer al igual que yo era fans de Pinterest. Cada reunión nos fuimos con tareas y llegábamos siempre con nuevas ideas, las cuales Cristián acogía con mucha cordialidad.
El día de nuestro matrimonio, fue de verdad un sueño hecho realidad, todo lo que queríamos estaba ahí: rica comida, buen vino, millones de detalles y un día maravilloso. La comida espectacular desde el coctel de inicio y las aguas aromatizadas, hasta el trasnoche, nuestras carnes a las espadas una delicia, me arrepiento de no haber comido más. Inclusive en el coctel Cristian dejó un par de garzones solo para nosotros y ellos aseguraron que comiéramos y tomáramos tranquilos.
El coctel de postres era una preocupación sobre todo cuando tienes un Chef pastelero en tu familia, pero todo resultó maravilloso, se preocuparon de nuestros amigos veganos/vegetarianos y de los niños que eran parte esencial de nuestra celebración.
El cordero al palo fue el chiche e inclusive nos permitió mandarles almuerzo a nuestras visitas para que al otro día se olvidarán del almuerzo.
Respecto del precio, nosotros encontramos que fue conveniente para lo que venía incluido que era lo esencial de un matrimonio, nosotros solo nos encargamos del cotillón, la torta y comprar adicionales que nosotros queríamos incorporar, por ejemplo arrendamos una barra de shop, sin ningún problema.
Cristián contaba con un grupo de personas que fueron muy cariñosas en el servicio y la preparación, se notó el profesionalismo y la buena disposición. Absolutamente recomendado, en ese lugar creamos hermosos recuerdos familiares, tanto que aún cuando nos ven nuestros familiares se acuerdan de nuestra celebración y nos felicitan.
De verdad recomendamos Macerado, donde la combinación del profesionalismo, el cariño por lo que hacen y la buena comida, hicieron de nuestro matrimonio un excelente recuerdo.

No recomiendo a Macerado. He analizado esta evaluación durante las últimas 3 semanas y hoy lo hago en forma tranquila y ya aceptando que las cosas no salieron como me hubiese deseado.

Fue matrimonio de día en una viña. El día del matrimonio no se cumplieron los tiempos establecidos en el cronograma. El cocktail salió tarde y la cantidad de comida fue inferior a la descrita, así como escasa cantidad de jugos y cocteles prometidos (yo, como novia, no alcancé a probar nada de eso). El comentario generalizado fue que los vinos fueron lo mejor (vinos que nosotros compramos a parte de lo pagado al banquetero, porque el matrimonio fue en una viña).

El almuerzo, estilo buffet, presentó menos variedad de ensaladas y guarniciones que las prometidas, siendo el peor error el cálculo el de las cantidades de comida en general ¡ya que faltó comida! y resultando en que muchos de los invitados tuvieran que esperar 40 minutos para sacar algo más de carne o guarniciones (fueron a buscar/preparar más comida al restaurant que tienen a un par de kilómetros del lugar). Lo prometido fue que la comida sería suficiente para servirse más de una vez e incluso quedaría carne para más tarde. La degustación de postres, de baja calidad: muchos dejaron los bocados a medio comer.

Los servicios contratados en forma extra. Un cordero que fue servido sin tener preparados los cubiertos o copas de vino en el lugar del asado. Tampoco había servilletas (todos comiendo con la mano). Otro adicional fue la estación del mar que incluía ceviches y maridaje con vino: lo sirvieron tarde y pocos comieron y tampoco se explicó el concepto maridaje a nuestros invitados.

En el bar abierto se negó la existencia de algunos tragos (dijeron que se acabó el whisky o bebidas compradas por nosotros, siendo que finalmente sobraron varias botellas) y, al finalizar, yo misma tuve que exigir el conteo de todas las botellas de vino y tragos comprados por nosotros, ya que nos estaban devolviendo mucho menos de lo que correspondía.

C., el banquetero, nos propuso pagar propina aparte, 10% del costo de banquetería, que podríamos pagar antes o después del matrimonio. Nosotros decidimos pagar la mitad antes y la otra mitad después, de tal forma motivar a los garzones. Sorpresa fue cuando al finalizar el matrimonio los garzones nos dicen que ellos no estaban enterados de aquello y que se les había dicho que el matrimonio había tenido "pérdidas" y que incluso no recibirían la propina. Para resumir, nosotros tuvimos que insistir 3 semanas para que se les pagara (sin tener al día de hoy claridad si se les pagó la totalidad de lo que nosotros depositamos bajo este concepto, es decir, el 10%).

El matrimonio a pesar de todo resultó bien porque fue reducido, no más de 80 adultos, todos familia y amigos íntimos, quienes con su cariño dejaron pasar todas estas cosas. ¡Incluso una prima ocultó el hecho de que le salió un gusano en la lechuga para no opacar el momento! No le pude informar de esto al banquetero porque nunca nos contestó el teléfono después del matrimonio.

Nos dijeron que contratarían al menos 1 garzón por mesa, a parte de los coperos, barman, etc. Eran 10 en total para 12 mesas. Se nos pidió identificar invitados vegetarianos en forma previa; sin embargo, igualmente se les sirvió carne, incluso a personas alérgicas a los mariscos se les sirvió ceviche (banquetero informado de esta situación).

Hermoso lugar, posible de crear el matrimonio que uno imagina. Atendido por su dueño, es posible llevar a tu propio banquetero y arrendar sólo las instalaciones.
Especial para una celebración campestre, de día y natural.