Organizar un matrimonio a mi gusto, con todos los detalles que quería incluir, fue una aventura. Más de alguna vez me sentí sobrepasada y me arrepentí de no haber contratado a alguien que me ayudara.

Aprendí todo, absolutamente todo. Logré armarlo a mi pinta y sin morir en el intento. Hoy estoy lista para ayudarles a cumplir sus sueños, ¡no hay ideas imposibles!

Tengo el orden de una ingeniera civil industrial, tengo la creatividad de una escritora de libros frustrada y los detalles de una persona que ama conectar con los demás y hacerlos sentir parte del evento. Nadie se irá de su matrimonio sin haberse sentido visto y bienvenido, ¡mucho menos ustedes!